Muy bien.
Aquí han estado por más de 200 años; han cambiado su forma y quizás su modo de ejecución, sus nombres y sonido, pero no su esencia.
Macú, Bombo y Congo fueron sus nombres de antaño.
Hoy, chico, repique, piano y bombo, son los tambores de esa tradición heredada de África de llamar, de transmitir sentimientos y emociones.
Cuánto han comunicado y tienen aún por hacer a través de su ritmo.