Saltar la navegación

Introducción

Por lo general el tema de la radiactividad es conocido sobre la base de algunos acontecimientos ocurridos relacionados con accidentes, como el de Chernobyl donde hubo un escape de radiación.

El siguiente video lo explica:

Transcripción del video

El accidente nuclear de Chirnóvil en Ucrania se produjo durante la madrugada del 26 de abril de 1986 en el cuarto redactor de la planta nuclear. A unos 250 kilómetros de distancia de Kiev, capital de Ucrania, se encontraba Pripyat, una ciudad creada para los trabajadores de la planta nuclear. Era un lugar privilegiado. Contaba con 50 000 habitantes, 13 400 apartamentos, acceso a 15 jardines infantiles, seis escuelas, 25 tiendas comerciales, tres piscinas, dos estadios y una sala de cine, entre otros servicios. Sólo dos kilómetros se paraban a Pripyat de la planta nucleal de Chernóbil. La razón por la que se desencadenó el accidente nuclear fue la realización de una prueba programada para el día 25 de abril bajo la dirección de las oficinas centrales de Moscú. Esta prueba se realizó con el Reactor Nuclear 4, llamado RMVK 1000, refrigerado por agua y controlado por cilindros de grafito. El reactor, compuesto por un cilindro octogonal de 14 metros de alto por 7 de ancho y una tapa superior de 1200 toneladas, hecha de cerámica, contenía barras de grafito por donde fluía el combustible nuclear. Estas barras eran el freno o el acelerador del proceso de fisión nuclear. Si estas se subían, el proceso aumentaba.

Si por el contrario bajaban, este se detenía. El objetivo de la prueba era aumentar la seguridad del reactor para comprobar si era autosuficiente. Simulando un fallo eléctrico, se mediría durante cierto tiempo si la turbina de vapor continuaría generando energía eléctrica una vez cortada la fluencia de vapor. Si esto no funcionaba, se desestabilizaría el reactor y podría estallar. Dicha prueba estuvo pospuesta por tres años y se presume que se reactivó ante el inminente riesgo de un enfrentamiento con Estados Unidos en plena Guerra Fría. Los ingenieros iniciaron el proceso bajando las barras de grafito dentro del núcleo del reactor con el objetivo de reducir su potencia a un 20 percent. Poco después, se habían ajustado los monitores del reactor a un 12 percent, es decir, los niveles más bajos de potencia. En este punto desconocían que en la etapa del reactor se había comenzado a producir una gran cantidad de gas enón que impedía el flujo de combustible nuclear, haciendo que bajara aún más la potencia del reactor y se desestabilizara. Sin saber aún qué sucedía, los operadores subieron casi todas las barras de grafito para tratar de estabilizarlo. Desconectaron los sistemas automáticos de seguridad para darle continuidad a la prueba y con el núcleo estabilizado continuaron peligrosamente esta maniobra.

A 30 megavatios se disolvió el gas enón y comenzó un fenómeno llamado envenenamiento de xenón. La potencia del núcleo del redactor estaba cerca del 100 percent de su capacidad, produciendo una reacción en cadena que los operarios trataron de detener, pero sin resultados. El núcleo del redactor, disponida de 170 barras de control. Las reglas de seguridad exigían que hubiera siempre un mínimo de 30 barras abajo y en esta ocasión dejaron solamente ocho, superando el 100 percent de su capacidad. En un intento desesperado, cortaron el suministro eléctrico para permitir que las barras pudieran caer por gravedad, pero no funcionó, debido a que posiblemente ya estaban deformadas por el calor. Finalmente, el combustible nuclear se desintegró y salió de las barras entrando en contacto con el agua empleada para refrigerar el núcleo del reactor. Allí se produjo una primera explosión y unos segundos más tarde otra, que hizo volar por los aires la tapa del reactor y las paredes de hormigón de la sala del reactor, lanzando fragmentos de grafito y combustible nuclear fuera de la central, ascendiendo el polvo radioactivo a la atmósfera. La nube de partículas radioactivas se podía ver desde el aeropuerto de Moscú a casi 700 kilómetros de distancia.

El accidente nuclear fue clasificado como nivel siete o accidente nuclear grave en la escala de sucesos nucleares del Organismo Internacional de la Energía Atómica. Se trata del nivel más alto posible, es decir, el accidente de peores consecuencias ambientales. Las partículas radioactivas llegaron a casi toda Europa.

También se habla mucho de la problemática de los desechos radiactivos y, desde luego, la historia resalta las bombas atómicas utilizadas en la segunda guerra mundial, pero realmente es poco lo que se conoce del tema.

Un estudio realizado por la Facultad de Ciencias de la Universidad de la Pampa, Argentina; demostró el escaso conocimiento de los jóvenes sobre esta temática. (Gutiérrez et al, 1998).

Hace falta conocer los beneficios que causa, los alcances científicos y las precauciones que se debe tener con el manejo de la radiactividad, además es interesante informarse sobre el por qué ocurren, más sabiendo que todos los seres vivos están involucrados, se quiera o no, no importando el lugar en donde se encuentren, ya sea en la casa, en la oficina, en el campo, en la calle o en el colegio.

La radiactividad está a nuestro alrededor, en las plantas que se comen, en el aire que se respira, en el hogar, en el suelo, haciendo el tema muy interesante.

Existe desde que se formó la Tierra hace 4500 millones de años.

No se puede percibir por el olfato, el gusto, el tacto, el oído ni la vista.

Sólo en los últimos años se ha aprendido a detectarla, medirla y controlarla.

Creado con eXeLearning (Ventana nueva)