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Deconstrucción y filosofía...

Deconstrucción filosófica: ¿y si problematizamos lo habitual?

¿Entendemos a la deconstrucción como herramienta para problematizar lo que hay y lo que somos?

Transcripción del video

En la presente videolección, trabajaremos la noción de deconstrucción filosófica entendiendo a la misma desde la problematización de lo habitual. En este sentido, trataremos la idea de ‘pensar al revés’.

¿Qué es, precisamente, ‘pensar al revés’? Pensar al revés es deconstruir lo habitual, pensar al revés es repensar la obviedad, considerando la misma desde un pensamiento crítico. Supone denuncia, supone pregunta, supone búsqueda de sentido: “…un cierto itinerario que siempre pudo haber sido otro” (Darío Sztajnszrajber), es decir, deconstruir es repensar lo pensado, volver a construir lo ya construido. En ese sentido, aplicamos esta idea al ejemplo de la naturaleza, al ejemplo del amanecer, del atardecer, cuestiones que entendemos como obvias, como habituales, como comunes, pero cómo una nueva mirada puede hacer que uno entienda ese concepto, esa realidad, en este caso, natural desde otra perspectiva.

Asimismo, hay nociones base que uno tiene que considerar como la apertura, la denuncia y la trascendencia. La apertura como acceso a la incertidumbre, la denuncia como la posibilidad de trascendencia y, asimismo, la trascendencia como la potencia, siempre presente, para mirar hacia un más allá.

Deconstruir, entonces, en ese sentido es atreverse a volver a mirar, a mirar lo ya mirado, a concebir lo ya concebido. Deconstruir es interesarse por mirar más allá de lo inmediato, lo obvio o lo presente, procurando indagar críticamente en lo subyacente, entendiendo por subyacente lo que está por debajo, aquello que está escondido, que necesitamos realmente mirar para poder encontrarlo. Entiéndase, saber mirar, problematizando siempre la apariencia para acceder a aquello que llamamos realidad.

  Finalmente, y cerrando la idea, pensamos que deconstruir es una forma de hacer filosofía, es el ejercicio constante y siempre latente de ese pensamiento crítico que determina al filosofar.

“Todo discurso [entonces] que se ofrezca como respuesta [podrá] ser [siempre] deconstruido”

(Darío Sztajnszrajber).