Para entender aún más la importancia del Patrón de medidas, basta una muestra, si no lo crees, mira el siguiente video.
Transcripción del video
En manos de los sumerios uno había llegado a ser parte de un complejo sistema de cómputo.
Los egipcios llevarían sus talentos mucho más allá además de andar muy lentamente, no sonreír, y formar en línea, a los egipcios les encantaban las cosas grandes, los grandes edificios, las grandes estatuas y los grandes ejércitos.
También llegaron a utilizar números realmente enormes y la forma en que los escribían nos proporciona una reflexión fascinante de la jerarquía de la sociedad egipcia. Primero estaban los números de los trabajos y tareas cotidianas, uno era una simple línea sin adorno alguno, 10 era una cuerda y 100 un rollo de cuerda. Todos humildes números del trabajo diario pero a continuación venían los números de los aristócratas: números para impresionar milk se ha representado con un lo que es el símbolo del placer, 10.000 era un dedo autoritario y por fin llegaba el número de los faraones aquel con el que los sumerios ni siquiera llegaron a soñar: un millón, el tipo de número que solamente un faraón podía necesitar para encontrar a sus prisioneros fue el primer millón de la historia y el símbolo que lo representaba era un prisionero implorando perdón o puede que un contable rogando que no lo hicieran contar más prisioneros. En cualquier caso uno nunca había tenido tanto trabajo, pero los egipcios querían que uno hiciera también otro trabajo tal vez el más importante de todos, necesitaban que les ayudara en la uv los antiguos egipcios eran constructores empedernidos que tenían buen ojo para la vida pero no se pueden crear cosas bellas sin medirlas con exactitud y no se puede medir con precisión si no sabes cuál es tu unidad, es decir, tienes lo que entiendes por uno
Tratando de resolver este problema los egipcios harían algo que nadie había hecho antes, definieron su propia versión de uno y la basaron en la longitud del brazo de un hombre contada del codo a la punta de los dedos más la anchura de la palma, uno que era ahora conocido como el codo, la medida de todas las cosas el soberano indiscutible estos unos oficiales las barras maestras de un codo eran tan importantes que se guardaban celosamente en el templo, se hacían copias de ellas y se distribuían para que a lo largo de todo el imperio fuera cual fuera la edificación todos supieran lo que querían decir con uno y con esta simple barra de medida los egipcios pudieron completar sus vastos proyectos arquitectónicos, con asombrosas decisiones. Si uno no se habría convertido en el codo algunas de las maravillas del mundo habrían sido un buen menos maravillosas haciendo que uno pasará de contar cosas a medirlas.
Los antiguos egipcios no sólo inauguraron todo un nuevo mundo de trajes a medida que estás ajustadas sino que también hicieron de uno, la medida de todas las cosas. Uno se había convertido en soberano pero su destino iba a ser aún más especial se iba a convertir en la esencia del universo.