Todos los niños y las niñas tienen su identidad: un nombre, una familia, una comunidad y creencias que los hacen únicos y diferentes. Tu historia es parte de tu persona y tienes derecho a conocerla.
El Estado tiene la obligación de investigar acerca de los papás o la familia de quienes están fuera de sus hogares y buscar que mantengan contacto con ellos, siempre que sea posible.
Nadie puede cambiarte de nombre, ni modificar sin razón justificada cualquier otro dato en tu acta de nacimiento. Es tu identidad y tienes derecho a que se proteja.