En su libro
“Estructuras”, Torres García expresa lo siguiente:
“Representamos a la razón (la idea) con el uno, ya que el uno es
la suma de todo, principio. Su actividad o manifestación, con el
número dos, (deseo de existencia, de ser, alma ya) y con el número
tres, a lo organizado, materializado. Así tenemos un perfecto
triángulo. Que corresponde también a las tres dimensiones: la
razón, la abstracción, en primera dimensión; la emoción, la
voluntad, el querer y no querer, la dualidad, en suma, en segunda
dimensión; y tres dimensiones para la realidad, el mundo objetivo.
Pues bien
es esencial saber qué domina en cada uno de nosotros a fin de hallar
para qué mejor servimos y esto también con respecto al arte, y al
género de arte y modalidad. Uno de estos tres mundos tendrá que
formar la base de nuestro carácter: físico, emocional o
intelectual. Es necesario salir del caos para ir al conocimiento.
Caos es
todo período embrionario, de formación. Entre el caos de colores y
formas miremos de encontrar algún orden. Tres colores sabemos que
son los fundamentales: rojo, amarillo y azul. Podemos también
señalar el blanco y el negro, o sea, la posibilidad del color y la
negación.
Con
respecto a la forma nos encontramos primero con el punto que, al
moverse en cualquier dirección engendra la línea; la cual, a su
vez, al moverse, engendra el plano; el cual, a su vez al moverse, nos
da el cubo. Y la línea, girando alrededor del punto, la
circunferencia. Y con esto, siempre en primera dimensión, entramos
de lleno en la geometría.