Un poco de historia...
La Historia, como ciencia moderna, alcanza su madurez en el siglo XIX; el enfoque histórico dominante de esa época fue el Positivismo. Dentro de este paradigma, el objetivo de la Historia era la reconstrucción de los hechos pasados tal como se produjeron.
Para el historiador positivista, estos existen separados del sujeto y lo que él piensa acerca de ellos es irrelevante. "No se propone más que describir las cosas como fueron", decía Ranke.
El siglo XX fue un período de grandes contradicciones y antagonismos científicos; allí aparecieron distintas corrientes historiográficas que propusieron una innovación temática y metodológica.
En este siglo, la Historia es concebida como una ciencia en construcción cuyos conocimientos tienen carácter provisorio, por lo que invalida la existencia de verdades absolutas; se pasa de una Historia "relato" a una Historia "problema".
En la Historiografía, la expresión Nueva Historia se utiliza para aludir a los procesos ocurridos en las décadas del ‘70 y el ‘80, período en que la reacción contra el paradigma tradicional se extendió por todo el mundo, y está íntimamente relacionada con Francia y la escuela de los Annales.