La sed y el agua
Consecuencias en el paisaje
Las elevadas temperaturas durante los meses del verano, sumadas a la sequía, son dos de los componentes para elevar el riesgo de incendios.
Cuanto mayor es la actividad humana, el riesgo es mayor aún; por lo tanto, una buena parte de las acciones debe estar destinada a la prevención.
Cientos de hectáreas arden algunas veces por descuidos de las personas, otras por causas naturales y, en el menor de los casos, como consecuencia de las malas intenciones.
Los resultados son los mismos:
- pérdida de especies animales y vegetales,
- erosión de los suelos,
- destrucción de bienes materiales y
- serios problemas para el ambiente.
Entre las acciones preventivas está el llamado a la conciencia de la población en cuanto a evitar la quema de basura o el encendido de fuego con otro propósito.
Obra publicada con Licencia Creative Commons Reconocimiento No comercial Compartir igual 4.0