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Ni ángel ni demonio

 

Internet, las redes sociales, los video juegos, las tabletas, celulares y computadoras, han hecho posible que en tiempos donde el contacto persona a persona fue muy escaso, pudiéramos estar conectados, vernos, jugar, trabajar, estudiar y encontrarnos con nuestras personas más queridas.

Sin embargo, esto también trajo algunos problemas como el uso excesivo de las pantallas. Más allá de la cantidad de horas es importante tener en cuenta el contenido, el contexto y las conexiones presentes en cada situación particular.

El "tiempo frente a las pantallas", no es bueno o malo en sí mismo, depende de lo que hagamos en ese "tiempo" y cómo influye en nuestra vida.