Por supuesto que la superioridad genética o racial del hombre blanco no existe y, por lo tanto, no dieron ventaja a los europeos, aunque hace no más de un siglo muchos biólogos y antropólogos creían que las razas de nuestro género no tenían las mismas aptitudes. Thomas Huxley, uno de los científicos más doctos de su época, dijo:
En este sentido,
La utilización de la quinina como profilaxis contra el paludismo, enfermedad transmitida por mosquitos que hasta entonces mataba a la mitad de los europeos que residían en Africa, y...
Las nuevas armas de fuego, como el fusil de repetición y la artillería de campaña, que conferían a los europeos la posibilidad de intimidar y enfrentarse con éxito a ejércitos más numerosos.
El repentino interés por el continente vino determinado por la unificación alemana e italiana. Tras la guerra franco-prusiana de 1870, en la que Francia resultó derrotada, el escenario de la rivalidad europea se trasladó a Africa, donde Alemania dio batalla diplomática para controlar a sus rivales y tenerlos ocupados lejos de sus fronteras.