Luego de escuchar el relato descubre:
¿Qué tienen de particular sus personajes?
¿En qué lugar actúan? ¿y por qué actúan así?
¿Qué relación tiene el poema que aparece en el cuento con lo que se cuenta en el relato?
¿Cómo termina el relato?
Por lo general, cuando lees una historia, sus personajes son animados (seres humanos, fantásticos, animales, etc.) pero en este caso, la casa automatizada y sus diferentes electrodomésticos (el reloj, el horno, ratones mecánicos, etc.) realizan las acciones que le dan continuidad a la historia.
Las voces de la casa fueron programadas para una familia que en algún momento anterior a esta historia vivieron allí. La casa es la única que queda en pie, después de una explosión nuclear, en los alrededores y sigue con su funcionamiento habitual: despertar a sus habitantes, preparar el desayuno, avisar el clima, entre algunas de sus funciones. No obstante, está completamente rodeada por escombros y destrucción.
Las horas transcurren en la historia. Cuando la casa se prepara para la noche, una voz robotizada le pregunta a la señora McClellan (habitante de la casa): "¿Qué poema le gustaría escuchar esta noche?". Por supuesto, nadie responde. La computadora elige un poema al azar titulado: Vendrán las lluvias suaves.
Cabe destacar que esta composición poética fue escrita por la autora estadounidense Sara Teasdale.
Ray Bradbury elige esta poesía de forma deliberada –quizás de forma irónica- ya que el mensaje que nos deja es que la naturaleza sobrevivirá a la guerra y prosperará, una vez que las civilizaciones hayan sido destruidas.
El foco de Bradbury en la automatización y el avance tecnológico también puede verse en este cuento. La casa hace todo por la familia y es a través de su comportamiento que aprendemos más sobre las personas que alguna vez vivieron allí. A pesar de las maravillas de la vida automatizada, aparece también la falta de mentalidad. Aunque la casa se está quemando, la cocina continúa preparando el desayuno porque confunde el fuego que envuelve la comida con humanos comiéndola. La casa supuestamente puede hacer cualquier cosa, pero ni siquiera puede salvarse a sí misma. En muchos de sus cuentos, así como en sus novelas, Bradbury critica las máquinas que reemplazan las emociones y los pensamientos humanos. Esta crítica está presente una vez más, incluso en una historia de cuatro páginas y media.
(Lauer, Sudokito 2019)