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Recursos naturales para la vida. En el mundo existen diversos recursos naturales que han permitido la satisfacción de las necesidades humanas y el desarrollo de las actividades económicas. A lo largo de su historia, el ser humano ha utilizado sus conocimientos del medio natural y las herramientas disponibles para extraer y transformar los elementos de la naturaleza que le sirven para satisfacer sus necesidades. Por ejemplo, desde la antigüedad se emplean rocas y lanzas para cazar y obtener comida. El azadón para labrar la tierra y las hachas para cortar la madera de los árboles y hacer viviendas para protegerse del frío. Actualmente en todo el mundo las personas se dedican a diversas actividades como la minería, la pesca o el aprovechamiento de los bosques. De estas actividades obtienen recursos naturales como minerales, peces y árboles, respectivamente. Cuando los elementos naturales son utilizados por el ser humano para cubrir necesidades específicas, se les conoce como recursos naturales. Estos adquieren importancia de acuerdo con el tipo de necesidad que resuelven. Por ejemplo, en lugares muy fríos, las pieles de los animales tienen gran valor porque se transforman en prendas de vestir.
Algunos recursos se consumen o utilizan directamente de la naturaleza. Es el caso del agua, la energía solar o los frutos de los árboles, pero otros no pueden consumirse de forma directa y deben ser transformados por medio del trabajo del ser humano. A estos recursos transformados se les conoce como materias primas y son empleados para fabricar productos más elaborados. El algodón se peina, hila y teje para elaborar telas. El trigo se muele para obtener harina y producir pan. Aunque gran parte de los recursos naturales es recuperable después de cierto tiempo, muchas veces estos extraen en mayor cantidad de lo que la naturaleza puede producirlos, lo que refleja una forma no responsable de extraerlos. Por eso es importante tomar en cuenta el tiempo de recuperación de cada recurso para no correr el riesgo de que se agote. El agua es un recurso natural importante para la vida del ser humano, que la aprovecha en casi todas sus actividades económicas. Por ejemplo, en la agricultura se utiliza para regar los cultivos, en la industria, para producir vapor, enfriar, calentar, limpiar y como disolvente, entre otras aplicaciones.
La principal fuente de consumo humano es el agua dulce, de la cual se estima que sus principales reservas se encuentran congeladas en las regiones polares de la Antártida y en el Océano Glacial Ártico. Sin embargo, existen ríos caudalosos más cercanos a los asentamientos humanos y de los cuales se benefician las comunidades como el Mississippi, Misuri, en América del Norte, el Orinoco y el Amazonas, en América del Sur y el Danubio, Tíber, Sena, Rin y Volga, en el centro y norte de Europa, en cuyos márgenes se desarrollan ciudades importantes como Roma, París y Moscú. El suelo es otro recurso natural aprovechado por la gente para su sustento. Existen suelos con composición y grosor diferentes, por lo que de acuerdo con sus características, se convierten en sustentos de diferentes tipos de vegetación que predomina en las selvas, bosques o matorrales. De todos ellos. Los suelos más apreciados por el individuo son los que contienen abundante materia orgánica, pues se utilizan en la agricultura. Entre estos destacan las llanuras centrales de Norteamérica, las llanuras rusas y las de Europa Central.
Finalmente, los recursos energéticos son aquellos sustancias utilizadas para producir energía como el petróleo, el gas, las corrientes de agua y la radiación solar. Esta energía es utilizada como combustible para mover automóviles, aviones o para transformar las materias primas en productos de consumo. Para la transformación de los recursos naturales en productos elaborados se requieren materias primas y energéticos.