Las cremas faciales
El producto hallado en Londres tenía tres ingredientes clave:
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lanolina de la lana de oveja sin desengrasar → servía de base para la mezcla
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almidón → para suavizar la piel (función para la que sigue usándose hoy día en los productos cosméticos)
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óxido de estaño → para blanquear la piel (empezó a utilizarse en sustitución del acetato de plomo, que tenía efectos muy nocivos).
Las fuentes refieren muchos otros tipos de cosméticos usados por las mujeres romanas para blanquear el rostro.
Algún autor habla de una mezcla a base de yeso, harina de habas, sulfato de calcio y albayalde, aunque el resultado final era más bien el de oscurecer la piel.
Para aclarar el rostro también se empleaba una base de maquillaje elaborada con vinagre, miel y aceite de oliva, así como las raíces secas del melón aplicadas como una cataplasma y los excrementos de cocodrilo o estornino.
Otros ingredientes utilizados como blanqueadores fueron la cera de abeja, agua de rosas, aceite de almendra, azafrán, pepino, eneldo, setas, amapolas, raíz del lirio y huevo.
Para dotar a la piel de una mayor luminosidad se usaban los polvos de mica (minerales pertenecientes a un grupo numeroso de silicatos de alúmina, hierro, calcio, magnesio).
En resumen, las mujeres romanas se ponían en la cara diversos elementos como:
lana de oveja | grasa de oveja | harina | sulfato de calcio |
albayalde | almidón | estaño | aceite de oliva |
excremento | melón | vinagre | miel |
cera de abeja | aceite de almendra | azafrán | pepino |
eneldo | setas | amapolas | huevo |
raíces | lirio | albayalde | grasa |