¡Correcto!
Claro que sí. Hablamos de una época en la que los traslados se hacían a caballo y en los mejores de los casos en carreta, imagina lo que significaría el traslado en ferrocarril.
Cuando en 1886 el Río Negro fue cruzado por un puente ferroviario, el Uruguay, que siempre había estado dividido en dos mitades en invierno, se unificó.