Aunque se trate de minorías lingüísticas, es importante respetar y reconocer la lengua materna de cada persona como derecho fundamental.
De eso se trata el concepto de derecho lingüístico:
«... el derecho de cada persona a “identificarse de manera positiva con su lengua materna, y que esta identificación sea respetada por los demás” (...) Esto implica, como derechos fundamentales, el derecho de cada individuo (...) a recibir educación pública a través de ella, a usarla en contextos oficiales socialmente relevantes, y a aprender por lo menos una de las lenguas oficiales en su país de residencia»
(Hamel, 1995:12)