En la antigüedad se produjeron grandes pestes (epidemias) que provocaron una enorme cantidad de muertes en la población. Por ejemplo, entre 1347 y 1352 murieron 25 millones de personas a causa de la peste bubónica.
Otra enfermedad, la viruela, también fue causa de muerte masiva en la población. La viruela se manifiesta con fiebre, cansancio y alteraciones de la piel. En China se utilizaba la inhalación de costras provenientes de pacientes que habían contraído la enfermedad como método preventivo. Otra práctica era efectuar rasguños en la piel y depositar allí el material. Los individuos sometidos a estas prácticas presentaban los síntomas iniciales y se recuperaban; en cambio, otros morían. Con estas prácticas comienzan los conocimientos y estudios sobre la inmunología. La palabra inmune, en el contexto biológico, significa que no es atacable por ciertas enfermedades.
Y la inmunidad es un estado de resistencia natural o adquirida que poseen ciertos individuos frente a determinadas acciones patógenas. Los seres vivos animales contamos con un sistema de inmunidad que nos protege de los agentes patógenos que causan enfermedades.
Inmunidad