La participación implica aportar, cooperar e involucrarse en los ámbitos que afectan la vida cotidiana como por ejemplo la economía (nuestros derechos como consumidores), la cultura, la sociedad y las decisiones que tomamos.
Aprendemos a decidir y a compartir nuestra opinión, enfrentamos situaciones de riesgo, somos más tolerantes y respetuosos; es fuente de estimulación para generar cambios para una mejor democracia y/o realidad.
Todos podemos participar, siendo niños, adolescentes o adultos; todos debemos tener nuestro grado de participación en diferentes ámbitos, ya sea de forma individual o colectiva.