Más allá de la legislación nacional, ser ciudadana/o implica sentirse perteneciente a una comunidad política y reconocido por la misma.

En tal sentido, el sentirse parte de una comunidad implica ser bienvenido e incluido de forma tal que se posibilite la participación en los distintos ámbitos de nuestra sociedad.

El reconocimiento y la pertenencia social son factores clave dentro del marco de construcción de ciudadanías.

Es así que, en línea con el planteo que realiza Jelin (2020) la participación y la libertad de expresión, etc. implican escuchar distintas opiniones y posturas que posibiliten la inclusión en todo su aspecto.

De este modo el hacer visible lo invisible implica no sólo el reconocimiento sino también la participación de grupos "minoritarios" como lo son las mujeres, migrantes, entre otros.

 

La definición tradicional de ciudadanía ha incluido...

"el establecimiento de los límites sociales entre los individuos incluidos y los excluidos, sean estos los "extranjeros" o los marginados/discriminados por alguna razón especial (de propiedad, educación, raza, género o cultura)"

(Jelin, 2020: 1007)

... y esto acarreó como consecuencia la exclusión y la no participación en ámbitos políticos, sociales, económicos y culturales, entre otros. 

Como solución a los conflictos antes mencionados debemos pensar y debatir sobre los temas en base la construcción de ciudadanías globales; es así que se propone:

"Evitar el sufrimiento, ampliar las bases de la solidaridad, expandir los campos de la acción pública y responsable, al mismo tiempo que promover la tolerancia, respetar la autonomía y la diferencia, y dar voz a los excluidos..."

(Jelin, 2020: 1008)