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Los estamentos... 1

Los estamentos... 1

Como ya hemos visto,
la sociedad medieval se organizaba en estamentos.

Representada de forma gráfica, podría ser de la siguiente forma: 

Una pirámide (o triágulo) donde el "Pueblo llano" (fundamentalmente los campesinos) están en la base de la misma, en la parte más ancha, que sostiene al resto de la pirámide; en el medio, se encuentra el clero, apoyado en el pueblo, ocupando un espacio menor y por debajo de los intergrantes de la punta de la pirámide, que ocupan un espacio menor aún y están sobre todos: el Rey y la nobleza.
Una pirámide (o triángulo) dividida en 3 escalones, donde el "Pueblo llano" (fundamentalmente los campesinos) están en la base de la misma, en el último escalón, la parte más ancha que sostiene al resto de la pirámide. 
En el medio, el segundo escalón, se encuentra el clero, apoyado en el pueblo, ocupando un espacio menor y por debajo de los integrantes de la punta de la pirámide, que ocupan un espacio menor aún y están por sobre todos: el Rey y la nobleza.



A continuación, centrémosno en los dos primeros escalones de la pirámide.

Te propongo la visualización del siguiente vídeo.         

Transcripción del video

Buenas y bienvenidos a la clase en la que abordaremos la primera parte de la explicación de la sociedad estamental. Este vídeo se divide en tres partes. En primer lugar, trataremos las características fundamentales de la sociedad del Antiguo Régimen. Y a continuación, abordaremos en dos apartados distintos los estamentos privilegiados, la nobleza y el clero. Dejamos, por tanto, para la siguiente clase el estudio del tercer estado, donde haremos especial hincapié en la situación de la burgesía durante el siglo XVIII. Pues empezamos. Vamos a hablar de historia. Las características de la sociedad estamental. La sociedad del Antiguo Régimen presentaba los siguientes rasgos. La formaban tres estamentos, la nobleza, el clero y el estado llano o tercer estado. La pertenencia de los individuos a esos grupos jerárquicos dependía del nacimiento, de tal modo que era muy excepcional el paso de uno a otro. Se trataba de una sociedad profundamente desigual, pues existían dos estamentos, la nobleza y el clero, que gozaban de privilegios, mientras que la mayor parte de la población agrupada en el tercer estado carecía de ellos. Y por último, el modelo social imperante favorecía el corporativismo, es decir, la agrupación de los individuos en asociaciones y gremios.

El Estamento nobiliar. Los miembros del estamento nobiliar gozaban de los siguientes privilegios. Privilegios fiscales, es decir, estaban exentos del pago de impuestos privilegios políticos que se manifestaban en el desempeño de los principales cargos en la Corte, la Administración y el Ejército privilegios jurídicos que les permitían ser juzgados por tribunales especiales privilegios económicos relacionados con la titularidad de los señoríos territoriales y jurisdiccionales y por último, los privilegios honoríficos relacionados con los actos públicos y el lugar de enterramiento. Ahora bien, hay que tener en cuenta que existían notables diferencias entre los miembros del estamento nobiliar. De esta manera, cabe hablar tanto de la alta y baja nobleza como de la nobleza de sangre y de privilegio. Además, durante el siglo XVIII, en cierta medida este estamento trató de adaptarse a los cambios que estaban teniendo lugar. Sin embargo, su escasa implicación en actividades como el comercio, la industria y la banca le hicieron perder progresivamente poder económico. El estamento clervical. Al igual que los nobles, los clérigos también pertenecían a un estamento privilegiado, por lo que estaban exentos del pago de impuestos y eran juzgados por tribunales eclesiásticos. Ahora bien, el clero estaba abierto a los individuos de otros estamentos que quisieran formar parte de él.

Además, también se trataba de un grupo heterogéneo, pues que iba a hablar de alto y bajo clero y de clero regular y secular.

Durante el siglo XVIII, el clero se convirtió en objeto de crítica de los ilustrados y reformistas en toda la Europa católica, pues su poder económico, político y espiritual era tan grande que parecía un estado dentro del estado absoluto que aspiraba a controlar todo el poder. Esto explica que los monarcas intentarán someter a su autoridad a la Iglesia y limitar su influencia. Por otra parte, durante el siglo XVIII, el clero, tanto el secular como el regular, vio reducido su número.

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