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Tercera parte de mi historia

MATILDE DECIDE SALIR A CAMINAR. ESTE HECHO LO CAMBIARÁ TODO.

Transcripción del contenido del video.

Llena de pasto y desplumada volví al gallinero cuando observé a los divinos pavos reales, tan elegantes siempre. Mis plumas nunca tendrían el brillo tornasolado de mi amigo Bruno. Lo saludé al pasar pero él estaba tan ocupado en desfilar que ni siquiera me vio.


Es sabido que las plumas de las gallinas son marrones, o blancas, o negras, nunca azules. No tienen las pestañas ni las coronas de los pavos reales. Siempre están sucias de barro y caca, porque pasan comiendo o entre la paja.

Esa noche, echada en el gallinero junto a mis veintinueve hermanos, mis padres, mis primos, tíos y mis abuelos, me puse a dar vueltas en la paja. Ante las quejas de mi familia, decidé salir a caminar. 

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