Parte de la costa oeste de Estados Unidos está situada en un borde transformante y esas son sus consecuencias: fuerte actividad sísmica, vulcanismo y formas de relieve curiosas (líneas que parecen ir en direcciones opuestas).
Esto se debe a que en el borde transformante los bloques de corteza se mueven paralelamente adaptándose a la curvatura de la Tierra. Los fenómenos son más superficiales y eso hace que lleguen con mayor fuerza al continente.
Si visitas San Francisco, infórmate sobre todas las medidas anti-sismos que tenga la ciudad.