Escribía Laban a mediados del SXX:
"Alrededor del cuerpo está la "esfera de movimiento" o "kinesfera", cuya circunferencia puede alcanzarse con las extremidades extendidas normalmente, sin cambiar la postura, es decir, el lugar de apoyo. La pared interna de esta esfera puede tocarse con manos y pies, y pueden alcanzarse todos sus puntos."
(Laban, 1984).
También la llama "esfera personal" y, en este sentido, podemos pensarla como nuestro espacio de movimiento más inmediato, de la piel hacia afuera.
Esto implica una concepción del movimiento como trayectoria visible en el espacio, algo que, como experimentamos, no es la única manera de concebir y percibir el movimiento.
Igualmente, en las prácticas de danza y somática, sigue siendo un concepto útil para reconocer los propios hábitos de movimiento en relación al espacio y para descubrir otras posibilidades de interacción.
Es también utilizado para el análisis del movimiento en los ámbitos de la expresión corporal, el teatro y la educación física.