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Los Diez Soles

 

Durante la Antigua China se creía que existían diez soles, que aparecían alternándose en el cielo durante la semana China de diez días.

 

Cada día, los diez soles viajaban con su madre, la diosa Xi He, al Valle de la Luz en el Este. Allí, Xi He lavaba a sus hijos en el lago y los ponía en las ramas de un enorme árbol.

Luego, un solo Sol partía hacia el viaje de un día, hasta alcanzar el Oeste lejano.

Cansados de esta rutina, los diez soles decidieron aparecer todos juntos en el cielo.

El calor hizo insoportable la vida en la Tierra.

Por lo tanto, para prevenir la destrucción de la Tierra, el emperador Yao le pidió a Di Jun, el padre de los diez soles, que convenciera a sus hijos de que aparecieran uno a la vez (como lo hacían antes).


Ellos no le hicieron caso, entonces Di Jun mandó al arquero Yi, armado con un arco y diez flechas, para que asustara a los soles desobedientes.

Sin embargo, Yi les disparó y mató a nueve soles; solamente el Sol que vemos hoy permaneció en el cielo.

Di Jun estaba tan enojado por la muerte de sus nueves hijos que condenó a Yi a vivir como un mortal común en la Tierra.