Vigencia del pensamiento de Julio Castro:
El autor perteneció a la Escuela Nueva, por lo tanto consideraba al niño el centro de la educación. Hoy en día, en nuestro país, el objetivo de las políticas educativas se centra en asegurar una participación activa del niño en la construcción de su conocimiento.
Actualmente, es necesario realizar un diagnóstico del niño para conocer su entorno familiar, como vive y su contexto. Julio Castro consideraba que esto era necesario antes de comenzar el año lectivo.
Afirmaba que la escuela debía ser un espacio abierto a la comunidad y a la familia. Las nuevas pedagogías para el aprendizaje profundo hoy son la base para desarrollar esto en los centros educativos. Por ejemplo, el aprendizaje basado en proyectos se centra en detectar un problema que afecte a la comunidad y buscar su colaboración para resolverlo, integrando también a la familia.
Con respecto al analfabetismo rural, Castro consideraba que las políticas educativas no se adaptan a la realidad de las escuelas rurales. A medida que nos alejamos de los centros urbanos se genera una falla en el deber ser de la educación.
El sistema educativo uruguayo, al igual que las propuestas, se encuentra centralizado en Montevideo, pero se intenta revertir esta situación; por ejemplo, instalando centros educativos de nivel terciario en lugares alejados de la capital.
La discusión entre el banco fijo y la mesa colectiva planteada por Julio Castro, hace más de cincuenta años, sigue vigente. No solo por el tema del mobiliario- que es retórico- sino porque la educación uruguaya sigue buscando un rumbo hacia el cumplimiento de sus más caros principios: gratuidad, obligatoriedad, laicidad, educación científica y democrática, universalidad."
Mtra. María Hortencia Coronel
Reconstruyó la historia de la educación antes de la dictadura militar de 1973, para que no se perdieran esos pensamientos pedagógicos y poder retomarlos una vez que se terminara el período dictatorial. Además, fue un impulsor de la pedagogía crítica en nuestro país y contribuyó a incluir los avances pedagógicos que el mundo había producido.
Volver a leer atentamente este libro es un aliciente para discutir los principios fundantes y plantearse los nuevos desafíos de nuestra educación, además de continuar manteniendo vivo el pensamiento pedagógico de unos de nuestros mejores educadores: el Maestro Julio Castro."
Mtra. María Hortencia Coronel