Mantiene la temperatura corporal en el organismo, es el vehículo de otras sustancias nutritivas y regula las funciones del metabolismo.
Constituye entre el 60% y 70% del cuerpo y se pierde permanentemente por la transpiración, orina y materias fecales.
Por este motivo, es importante consumir diariamente dos litros de agua para compensar la pérdida.